“El feminismo ha sido y es la más importante y decisiva revolución social de la modernidad, a diferencia de una revolución política, una revolución social no estalla: ocurre. Una revolución social es también siempre una revolución cultural” (Agnes Heller, 1987).
El 8 de marzo fue celebrado como el Día Internacional de la Mujer por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1970 y proclamado como tal en la Asamblea General de este organismo en 1977.
La declaración de esta fecha representa la desembocadura de una serie de sucesos políticos y sociales protagonizados por mujeres a la luz de reivindicaciones alzadas ante una historia de subordinación en el marco de una estructura cultural que ha favorecido a los hombres a lo largo de la humanidad.
Cada 8 de marzo es inevitable remembrar a todas las intelectuales ejecutadas por “brujas” durante el obscuro periodo de la Edad Media, a Olimpia de Gouges ejecutada en la guillotina por escribir en 1789 la Declaración de los Derechos de la mujer y la Ciudadana, cuestionando que la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano no incorporaba a las mujeres; señaló que a la revolución francesa se le olvidó el derecho al voto para las mujeres, el derecho a la libertad y a la propiedad privada, que las mujeres debían gozar derechos en el ámbito doméstico, como el rechazo a la doble moral sexual y la equiparación legal de los cónyuges y de los hijos “ilegítimos”.
No se puede dejar de pensar en Mary Wollstonecraft demandando el acceso a la educación y a la cultura para las mujeres, siendo escritora en un mundo de hombres.
Esta fecha también transcurre por la lucha de la abolición de la esclavitud y el reformismo religioso en los Estados Unidos de mediados del Siglo XIX y la Declaración de Sentimientos de Seneca Falls que en 1848 cuestionaba la privación del derecho al voto, la muerte civil, la carencia de derechos de la mujer casada, los empleos lucrativos monopolizados por los hombres, la exclusión de las mujeres de algunas profesiones, la existencia de un código moral diferenciado para mujeres y hombres y la destrucción de la confianza y autoestima de las mujeres.
También es necesario traer al 8 de marzo de 2021 las conferencias mundiales de mujeres socialistas de 1907 y 1910, donde exigían los seguros sociales para la mujeres y la niñez, la lucha por el mantenimiento de la paz, el sufragio y contra el acaparamiento y carestía de las subsistencias; donde Clara Zetkin propuso organizar el Día Internacional de la Mujer (declarado en 1913) a causa del 8 de marzo de 1907, cuando las obreras textiles rusas reclamaron mejores condiciones de trabajo, salarios dignos, jornadas de diez horas, guarderías y el derecho al voto. Esta manifestación fue reprimida y muchas mujeres fueron detenidas; también fue el precedente principal de la posterior revolución de 1917, que aportó a la humanidad la segunda generación de derechos humanos.
Tampoco se puede pensar el 8 de marzo sin la memoria de las trabajadoras huelguistas fuertemente reprimidas cuando en 1908 gritaban “pan y rosas” en las calles de Nueva York para exigir mejores condiciones de vida, seguridad económica y la abolición del trabajo infantil. También se respira en cada 8 de marzo el aroma de las que murieron calcinadas en una fábrica textil en la misma ciudad unos años después.
Las americanas que resistieron durante la colonia, las que se incorporaron en los movimientos independentistas, las Prudencias que pelearon el derecho al sufragio y a la participación política, las que se incorporaron a los movimientos insurgentes contra las dictaduras militares, las que defienden la autonomía del cuerpo y las que aún siguen alzando la voz solamente para que se les permita estar vivas… todas ellas constituyen el 8 de marzo.
En 2021 las mujeres ya cuentan con una serie de tratados internacionales adoptados por la ONU, como:
- 1979: Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), que exige a los Estados Miembros eliminar la discriminación contra las mujeres en la esfera pública y privada, proponiéndose alcanzar una igualdad sustantiva entre mujeres y hombres.
- 1993: Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, instrumento internacional que abordar explícitamente y define formas de violencia contra las mujeres y establece un marco para la acción a nivel mundial
- 1994: Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, que define el empoderamiento de las mujeres en el centro del desarrollo, y considera el derecho de las mujeres a controlar su propia fertilidad como el núcleo fundamental de las políticas y los programas sobre población.
- 1995: Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, establece objetivos y medidas en doce esferas de especial preocupación con el fin de promover los derechos de las mujeres.
- 2000: El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la resolución 1325 reconociendo que la guerra afecta a las mujeres de manera diferente; instando a que las mujeres sean parte fundamental de la prevención, la gestión y la resolución de conflictos.
- 2010: La Asamblea General de las Naciones Unidas crea la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres) para acelerar el progreso en la atención de las necesidades de las mujeres y las niñas de todo el mundo.
Una estructura jurídica internacional sólida favorece el camino de superación de la desigualdad, la discriminación y la violencia contra las mujeres; sin embargo, es importante en la individualidad de los países una política pública con enfoque de género, a fin de comprometerse con:
- Formulación de una política económica que tome en cuenta las brechas de desigualdad que desfavorece a las mujeres, a través de la formulación de presupuestos con enfoque de género: gasto etiquetado para mujeres, gasto destinado a promover oportunidades equitativas en el empleo público y la autonomía económica, gasto dirigido a la distribución de recursos al interior de los hogares, análisis desagregado por sexo del impacto del presupuesto sobre el uso del tiempo y medidas para la reducción de las brechas salariales entre mujeres y hombres.
- Garantizar el acceso equitativo de la tierra para las mujeres campesinas y el derecho a la alimentación y la soberanía alimentaria.
- Políticas nacionales del cuidado y el trabajo reproductivo, que consideren la división sexual del trabajo y alivie la carga del trabajo de cuidado no remunerado que asumen las mujeres.
- Implementación de campañas de comunicación que permitan concientizar sobre la cultura de subordinación de las mujeres, la búsqueda de la igualdad, la erradicación de la discriminación en el ámbito simbólico y la eliminación de todas las formas de violencia contra las mujeres.
- Promover, favorecer y proteger la participación política de las mujeres.
- Fortalecer el acceso de las niñas y mujeres a la educación y a la tecnología.
- Una política integral para prevenir la migración forzada de las mujeres centroamericanas, que resguarde la seguridad de quienes deciden migrar durante el trayecto y ofrezca oportunidades de inserción sociolaboral en los países de destino.
En un escenario de crisis global a raíz de la pandemia COVID-19, es importante que los países de Centroamérica enlacen esfuerzos institucionales por el desarrollo inclusivo y sustentable a fin de alcanzar una vida digna para todos los habitantes de la región.
Bibliografía.
NAVAS, María Candelaria (2012). “Sufragismo y Feminismo visibilizando el protagonismo de las mujeres salvadoreñas”. Editorial Universitaria (UES). El Salvador.
RODRÍGUEZ, Corina 2007. Gasto público y equidad de género: el caso de Argentina. Red de Educación popular entre mujeres de América Latina y el Caribe. Uruguay.
UNGO M., Urania A. (2000). “Para cambiar la vida: Política y pensamiento del feminismo en América Latina”. Colección Agenda de Género del Centenario. Instituto de la Mujer de la Universidad de Panamá. Panamá.
VALLEJO, Delia Selene de Dios (2004). “Sociología de Género”, Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Centro de Estudios Sociológicos. México.
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